Masaje con Cuencos Tibetanos
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Sonidos que curan:
todo sobre los masajes con cuencos tibetano
El masaje con cuencos tibetanos es una terapia que utiliza ondas sonoras para sanar nuestro organismo y aportarle innumerables beneficios.
El origen de estos instrumentos se remonta a hace más de 2.000, pero su uso es cada día más popular. Hoy te contamos un poco más sobre esta técnica milenaria y sus ventajas.
Un poco de historia
Poco se sabe a ciencia cierta sobre el origen de los cuencos tibetanos. Los primeros registros sobre ellos se remontan a hace más de 2.000 años, cuando se utilizaban como instrumentos musicales para animar los rituales o incluso en la cocina, pues se creía que su composición metálica impregnaba la comida de minerales beneficiosos. También servían como ofrenda a los dioses, razón por la que su sonido tenía que ser puro y universal.
Estos cuencos proliferaron sobre todo en la zona ubicada a los pies del Himalaya -en India, Nepal y el Tíbet- pero países como Tailandia y Japón han hecho de ellos un elemento propio de su cultura. Originalmente estaban fabricados en una aleación que combinaba oro, plata, bronce, zinc, níquel, hierro y antimonio. Hoy en día, aunque también existen de cuarzo, son más populares los de plata, oro, mercurio, estaño, plomo, cobre y hierro. Del Tíbet solo queda el nombre, ya que la mayoría se fabrican en India y Nepal.
La terapia
La terapia con cuencos tibetanos utiliza el sonido para sanar nuestro organismo y aportarle numerosos beneficios. El paciente se tumba en una camilla con los ojos cerrados y a su alrededor se colocan los cuencos, que el terapeuta golpea y frota para llegar a producir una gama de sonidos armónica.
Esta técnica del principio de resonancia, según el cual una vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil; es decir, se basa en la capacidad de una frecuencia para modificar a otra.
Ventajas y beneficios para tu cuerpo
Los beneficios de los masajes con cuencos tibetanos en nuestro cuerpo son innumerables. Producen un efecto curativo y relajante que se traduce en una sensación de unidad: cuerpo, mente y espíritu trabajan en armonía, aumentando el bienestar y proporcionando una gran paz interior. Por eso, son muy utilizados en la meditación. Pero las ventajas de este tipo de masajes son muchas más:
Liberan tensiones musculares y nerviosas.
Fomentan el equilibrio entre los dos hemisferios del cerebro.
Ayudan a trabajar aspectos como la creatividad, la intuición o la concentración.
Aumentan tus niveles de energía.
Evitan problemas de insomnio e hiperactividad.
Mejoran la movilidad física y alivia dolores.
Pueden provocar la destrucción de células cancerosas y la curación de distintas enfermedades.